agosto 03, 2010

Antónimos.

Cada vez que miremos al reloj,
yo daré las Doce y tú darás las Seis.
Eso es lo que ocurre con los opuestos,
tenemos el más claro contraste en Blanco y Negro.

Sin embargo,
incluso los negativos y positivos
se juntan en el cero;
y es ahí
donde te encontré...

La noche nos robó un beso entre medio de la mejor canción,
esa que nunca más podré escuchar
sin ver tu mirada en ella.
Marcaste tu huella en cada vértebra de mi espalda
y dejaste tu olor en mis pupilas.

Recorrí cada pedacito de tu rostro para dejar grabado mi nombre;
susurraste preguntando que dónde estaba,
yo te respondí que escondida, como siempre,
a veces para encontrar primero hay que perderse.

Yo simplemente aparecí y te dejé una sonrisa guardada en un rincón,
para que la busques las veces que quieras,
ahora que volveré a desaparecer.





]Me dejarás dormir al Amanecer, entre tus piernas, entre tus piernas.
Sabrás ocultarme bien y Desaparecer, entre la niebla, entre la Niebla.
Un hombre alado prefiere la Noche.
Me veras Volver, a la ciudad de la Furia.[