Nunca fuiste para mi y siempre fuiste mío.

Gracias pero No gracias.

Tengo tantos perdones guardados, que podría dedicarme a coleccionarlos.

Están ahí, por todos lados, en cada movimiento, en cada silencio;

y el problema no son los perdones, el problema es que no sé qué hacer con ellos.

Soy como soy, ni mejor ni peor, no puedo decir que acepto un perdón si no lo siento.

A veces es fácil cometer errores, dañar, pedir perdón y continuar con las vidas.

A mi no me sirve, a mi no me gusta, 

prefiero ser soberbia y tragarme el perdón si voy a continuar con el círculo vicioso.

Lo siento pero no les creo su arrepentimiento instantáneo.

Así que: 

NO SE RECIBEN PERDONES HASTA NUEVO AVISO.