julio 26, 2009

Para que Nada nos amarre que No nos una Nada.

Si al final no eres más que el color de fondo bajo mi almohada,

el detalle oculto tras el cajón del velador,

la sutileza escondida en un roce casual de manos,

el suspiro del encuentro no predeterminado.

Sin acuerdo alguno, ni verbos en tiempo futuro.

Tan presentes y fugaces como un Flash.

Secreto, es la clausula permanente y en rojo.

La regla inalterable: el Silencio.

Las sombras y paredes de confidentes eternos.

Tu y Yo, sin configurar un Nosotros.



1 comentario:

Hans dijo...

Sabes, el otro día mientras veía "La Belleza de Pensar" (si soy capaz de ver ese programa), escuché de un folósofo contemporaneo que habla del concepto de dividuo y no de individuo, puesto que somos divisibles, ya que tenemos parte de casa una de las personas que nos rodean, su cultura, etc etc.
Las conjunciones "con" e "y", son aquellas partículas que dan cuenta de que por más que queramos que el tú "y" yo no sean un nosotros, siempre tendremos a ese Tú en ese Yo.

Te quiero!